Nuevas plataformas y usos de las redes sociales están cambiando las líneas estratégicas de las marcas para atender a la demanda de los consumidores de manera más directa y óptima. Aunque la tienda física sigue siendo el lugar favorito de los consumidores, el cliente digital gracias al desarrollo de la tecnología esta creciendo exponencialmente. España se sitúa en la cuarta posición a nivel europeo en compra online. El punto de venta está evolucionando y hay que tenerlo en cuenta en nuestra estrategia de marketing.
La llegada de nuevas plataformas de la mano de las generaciones más jóvenes está compitiendo directamente con grandes rivales como Facebook.
Plataformas como Tik Tok, Snapchat o Twitch ofrecen espacios muchos más dinámicos y acordes con los gustos de las nuevas generaciones que consumen contenidos de visualización más corta y ágil que la que ofrece su rival Facebook.
Se ha convertido en una nueva forma de incluir contenido de manera no invasiva para el consumidor, ágil y con la limitación temporal de 24 horas que produce en el consumidor un sentido de urgencia por verlas.
Snapchat fue uno de los primeros en incorporarlo y lo que empezó como una moda se incorporó rápidamente en aplicaciones como Instagram o Facebook.
Está comprobado que el “engagement” que genera esta oferta de contenido es de los más altos, provocando que algunas las marcas estén utilizando WhatsApp Business para comunicar de manera constante.
Sigue creciendo gracias al desarrollo de la tecnología móvil. Hemos pasado del Marketplace de Facebook a poder adquirir desde la misma red social en sólo un «click» los productos etiquetados. Este tipo de ventas está creciendo exponencialmente.
De la mano de la AI, el marketing online está desarrollando y ajustando las campañas a los gustos reales de cada consumidor.
La llamada desconexión digital producida por el hastío del exceso de contenido y publicidad al que se ven sometidos los usuarios. Se está produciendo una moda que anima a desengancharse por un periodo de tiempo de las redes sociales y buscar una relación física más cercana con el entorno.
La transformación de la tienda física y sus empleados es otra de las tendencias. El cambio en los gustos de los consumidores que buscan la experiencia en tienda, está haciendo que la tienda no sólo sea un espacio físico dónde adquirir un producto, sino un lugar dónde el cliente disfrute de otros servicios ligados a la intención de compra. Los talleres gratuitos en tiendas tecnológicas, clases de cocina en supermercados, y un largo etc de experiencias nuevas, son algunos ejemplos de esta evolución.