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NUEVAS FORMAS DE ENTENDER EL ENTORNO DE TRABAJO

El concepto de ir a trabajar a una oficina, con un horario de 8 horas repartido entre la mañana y la tarde con un descanso para el almuerzo, está cambiando y por ende, el espacio que utilizamos para desarrollarlo.

El desarrollo de nuevas tecnologías gracias a la evolución de internet ha permitido que sea posible el teletrabajo, así como la reducción de la plantilla de las grandes empresas mediante la externalización de sus departamentos. Estamos ante el auge de las microempresas y de los trabajadores por cuenta propia, que son capaces de realizar las tareas que antes sólo se concebían dentro de una organización.

El entorno de trabajo requiere de un horario más flexible y un lugar que ofrezca esa posibilidad y a un menor coste.

El uso del domicilio y el coworking están en auge por estas razones, con sus pros y sus contras.

El despacho en casa es económico, y no tienes que desplazarte. Permitiendo muchísimo la conciliación laboral y personal. Una de sus desventajas es que somos sociales y necesitamos cada vez más interactuar con otros. A veces se nos puede “echar la casa encima”, todo depende de la actividad que realicemos.

Otras de las opciones más en auge es el coworking, que ofrece un espacio compartido con otros profesionales, acceso a internet, una mesa de trabajo, salas de reuniones, y un etcétera de servicios cuyos costes al ser distribuidos entre los miembros son más económicos que los de tener tu propia oficina. Además, al estar rodeado de diferentes profesionales te permite ampliar tu red de contactos. Y no tienes que preocúpate de la logística, hay un gestor que se ocupa de todo ello. Como desventaja y por mi propia experiencia, pierdes intimidad, y dependiendo de los compañeros y sus tareas puede ser un poco complicado concentrarse en algunos momentos.

Por otro lado, está la alternativa de alquilar un despacho en un centro de negocios. Como ventajas tienes las del coworking y ganas intimidad al tener tu propio espacio, pero compartiendo las zonas comunes que permite también hacer networking. Además, los gastos por los servicios (recepcionista, internet, suministros, etc) siguen siendo más económicos que si tuvieras que contratarlos individualmente. La principal desventaja es el precio si eres una sola persona, pero a partir de dos empieza a ser interesante en comparación con el precio de un puesto fijo en un coworking.

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